13 de septiembre de 2014

Tu hija.

No hables con tu hija sobre su cuerpo, salvo para enseñarle cómo funciona. No le digas nada si ha perdido peso. No le digas nada si ha subido de peso. Si crees que el cuerpo de tu hija se ve genial, no lo digas. He aquí algunas cosas que puedes decirle en su lugar:
"¡Te ves muy saludable!", es una muy buena opción.
¿O qué tal: "Te ves muy fuerte"?. O: "Se nota que eres feliz: brillas". Mejor aún: halaga algo en ella que no tenga nada que ver con su cuerpo.
Tampoco hagas comentarios sobre el cuerpo de otras mujeres. No. Ni uno solo; ni positivo ni negativo. Enséñale a ser amable con los otros, pero también a ser amable consigo misma.
No te atrevas a hablar sobre cuánto odias tu cuerpo frente a tu hija, o a hablar sobre tu nueva dieta. Mejor aún, no hagas dieta frente a tu hija. Compra comida saludable. Prepara comidas saludables. Pero no digas "por ahora no estoy comiendo carbohidratos". Tu hija no debe de pensar que los carbohidratos son malos, porque sentir vergüenza por lo que comes solo se traduce en sentir vergüenza de ti misma.
Anima a tu hija a correr porque eso la hace sentirse menos estresada. Anímala a subir montañas porque no hay ningún lugar mejor para explorar su espiritualidad que la cima del universo. Anímala a surfear, a escalar paredes o a andar en bicicleta de montaña porque la atemoriza, y eso a veces es algo bueno.
Ayuda a tu hija a amar el fútbol, a remar o el hockey, porque los deportes hacen de ella una mejor líder y una mujer más segura de sí misma. Explícale que no importa qué edad tenga, nunca dejará de necesitar saber jugar bien en equipo. Nunca le hagas jugar o practicar un deporte que no adore por completo.
Demuéstrale que las mujeres no necesitan de un hombre para mover muebles. Enséñale a cocinar. Herédale la receta de tu mamá de ese pastel de café de Navidad. Herédale tu amor por pasar tiempo al aire libre.
Quizá tú y tu hija tengan muslos gruesos o una caja torácica ancha. Es fácil odiar estas partes del cuerpo tan lejos de la talla cero. No lo hagas. Dile a tu hija que, si quiere, con sus piernas puede correr un maratón, y que su tórax no es otra cosa que un buen estuche para cargar unos pulmones fuertes. Puede gritar, puede cantar y puede levantar el mundo, si quiere.
Recuerdale a tu hija que lo mejor que puede hacer con su cuerpo es usarlo para mover su hermosa alma.
(Texto de "Educación Montessori" Vía Noe Alegre)

12 de mayo de 2014

Sin Argumentos.


¿Sabes por qué lo sé?
Porque te pienso
Y cada momento
Se dibuja frente a mí
Junto con la más
Sincera de las sonrisas.

¿Qué no es suficiente argumento?
Para mí, francamente
No hay acto más lindo
Lindo y puro que el pensar
Sin darse cuenta.

Nada más sincero
Que la sonrisa inesperada
Que viene de un pensamiento
Que llegó sin ser llamado.

Así que te pensé y te sonreí,
Te pienso y te sonrío,
Y te seguiré pensando y sonriendo

Hasta el fin de este sentimiento.


Nostalgia.

Oscura habitación,
Fría y gris noche.
Pensamientos nostálgicos
Golpean en el fondo de mi mente. 

Hastiada de todo y de nada,
Al punto de sentir estallar,
Estoy necesitada
De poder expresar. 

Me paro y busco
Papel y lápiz por doquier,
Luz cálida emana la lámpara,
Única luz ahora… y siempre. 

Mi mente despierta,
Pensamientos revolotean,
Como mariposas inquietas
Quieren salir y perderse. 

Al contacto con el lápiz
Mi mano también se inquieta,
Ansiosa por perderse
Entre un mar de letras. 

Una palabra me lleva a otra,
Oración a oración,
Frase a frase
Que completan una historia,
MI historia. 

Y así termina,
O más bien inicia mi amanecer,
Con el mayor de los placeres
Que un papel puede ofrecer. 




1 de marzo de 2014

11:20

...11:20... 11:22... 

Pasan y pasan los minutos, 
Pero sigo siendo la misma...

...11:23...

No logro ver un cambio, 
No sé si estoy haciendo las cosas bien
O al contrario, si estoy haciendo todo mal...

...11:26...

¿Dónde está mi luz?
¿Dónde estás tu, mi guía?
Me siento perdida,
Me siento sin vida...

...11:28...

Amarga saliva,
Miradas confusas, 
Pisos temblorosos,
Imágenes borrosas,
¿Y mi seguridad?

...11:31...

Lentamente me desvanezco,
Todo se vuelve negro,
Todo termina igual que siempre...

...11:33...

Piso frío y duro,
Tan ajeno y tan propio al mismo tiempo,
Se me va la fuerza,
Se me va el aliento... 

...


28 de febrero de 2014

Síntomas.

¿Qué pasa cuando el poder de tus propios pensamientos es más grande que todo lo demás? Toma el control de todo. Tu cabeza, tus manos, tus pies, tus ojos, tu boca, tus órganos, TODO... y empieza a hacer de las suyas. 

Aquí es cuando todo lo mental se vuelve físico. Es tu cuerpo el que sufre las consecuencias de haber dejado que los malos pensamientos tomarán el control. 

"Retoma el control, es tuyo" me dice esa voz... pero no puedo. Siento que ya es demasiado tarde para hacerlo. Sola no puedo. 

Necesito mi luz, mi norte, mi estrella de Belén. Necesito esa guía que me saca de la oscuridad cuando siento que no podré ver luz de nuevo. 


Plus tard, Marie.

27 de febrero de 2014

Te necesito...

Si te hablo, créeme que es porque te necesito. 
Sintiéndome pérdida, confundida, presionada, sintiéndome frustrada y triste necesitaba hablar con alguien. 
Buscaba a alguien con quien me sintiera cómoda y segura. Que me proporcionara ese calor y esa sensación de seguridad que sólo tu me proporcionas. Pero no estabas. No estabas y no estás... 
Te necesito. Necesito la fuerza que me brindas. El ánimo y el apoyo. 
Te amo y te extraño. 


Plus tard, Marie.

16 de febrero de 2014

Hablando directamente...

¿Nunca sienten que están atrapados al no "poder" decirle algo a una persona?

Desde hace un tiempo, noto que nosotros los seres humanos, tenemos un pequeño problema al momento de querer decir lo que pensamos y/o sentimos. De repente nuestra manera de pensar cambia o lo que sentimos frente a alguien o algo cambia, y no somos capaces de transmitirlo por miedo, o simplemente por un egoísmo raro que nos acorrala y no nos damos cuenta de que de repente nuestra actitud cambió, y no somos los mismos.
Los demás, sin embargo, tienen esa capacidad de ver a través de nosotros, y de percibir que algo es diferente.
Hay quienes llegan a un punto donde ya no pueden guardar más lo que sienten y se abren a ellos; por el otro lado, están los que se empeñan en ocultar todo, y no se dan cuenta que no sólo se están haciendo daño a sí mismos queriendo guardar lo que tiene que ser dicho, también afectan a los que se encuentran a su alrededor, preguntándose, tal vez, que habrán hecho mal.


Plus tard, Marie.